Aquella noche el mejor argentino en el campo fue Paulo Dybala y fue la última vez que la tripleta MSN (Messi, Suarez y Neymar) jugó un partido de UCL. Este partido fue especialmente doloroso en su momento porque era una final de Champions, apenas la cuarta en la historia del Barça. Muchos argumentan que este aún no era un club del estatus de hoy, pero hacía apenas dos años que ganaron su primera UCL en Wembley con el “Dream Team” y su plantel era casi el mismo o incluso mejor, por eso perder por goleada sigue siendo inexplicable.