Dejemos las emociones a un lado, vayamos a los datos para conocer de cerca hasta qué punto la afición al fútbol (y en particular, a las camisetas) está insertada en nuestra cultura. Lo más seguro es que esa simple camiseta coloreada te transmita no solo los momentos triunfales de tu equipo, sino cada uno de los momentos que pasaste al lado de quien despertó la afición en ti, y que no son pocos precisamente: a lo largo del año y con la sucesión de jornadas, las estaciones se alternan en los estadios de fútbol o en los propios bares de barrio en los que creciste con tu padre, madre, tíos o primos acompañado de tus vecinos.