Así se llegó al final, en este tercer encuentro de la cita qatarí que acaba sin goles. Intentó encarar en numerosas ocasiones, aunque sin éxito, y fue tal su ímpetu que alguna vez hasta pareció regatearse a sí mismo, trastabillado cuál peonza. Los croatas querían madurar el partido hasta poder hincar el diente a la rocosa selección norteafricana, pero el cuadro de Regragui resistía y atacaba con poderosos destellos, aunque sin generar inusitado peligro.